– Cuando escribí El Valle de los Lobos no pensé en hacer una trilogía, pero me había encariñado mucho con los personajes y, además, en el primer libro estaba ya la semilla del segundo: si Dana y Fenris se habían enfrentado al Maestro, debía haber una maldición…
Ese fue el punto de partida de La maldición del Maestro. Como Dana ya sería adulta en esta segunda parte, decidí introducir una nueva protagonista femenina, que fuera diferente a ella. Si Dana era tranquila, calmada y reflexiva, la nueva heroína debía ser impulsiva, enérgica, orgullosa y algo peleona. Y así nació Salamandra, cuyo apodo se debe a que tiene poder sobre el fuego.
– Cuando terminé la segunda parte ya tenía clarísimo que iba a ser una trilogía y que escribiría la tercera. Y así, meses más tarde, me puse a escribir La llamada de los muertos.
– El espejo mágico de Shi-Mae no estaba en la primera versión del libro; lo incluí después de que mi hermano me dijera que le faltaba acción y emoción. Y es curioso, pues luego ese espejo será un elemento vital en la trama de la tercera parte.
– Tuve que reescribir este libro casi entero desde el capítulo 5º debido a la crítica de mi hermano que mencionaba anteriormente. La cosa fue así: él leyó El Valle de los Lobos cuando salió publicado y me dijo que le había gustado mucho. Le conté que estaba escribiendo una segunda parte y me pidió que se la pasara en cuanto la acabara. Así que le di una copia de la primera versión en folios y su crítica fue bastante negativa. Lo cierto es que yo había empezado a escribir el libro teniendo muy claro el principio pero no lo demás, así que fui improvisando. Algunas de las cosas que a mi hermano no le gustaron fueron las siguientes: en la primera versión había personajes que parecían estar totalmente de adorno, como por ejemplo, Conrado y Morderek, que no tenían apenas papel; por otro lado, prácticamente todo el mundo podía ver a Kai con sólo tocar el medallón de Dana; además, había una expedición al bosque y una persecución lobuna muy parecida a la de la primera parte. Por último, la batalla del final era muy floja; Dana derrotaba a Shi-Mae casi enseguida. Y en fin, había muchas otras incoherencias. Reescribí el libro y creo que quedó mejor; desde entonces, nunca más he vuelto a improvisar una novela. ¡Es más fácil planificarla primero que tener que arreglarla después!
– Muchas personas me preguntan por el verdadero nombre de Salamandra. Bien, allá va: es Eliah. Pero muchos más lectores están muy interesados en saber el auténtico nombre de Fenris, que los tiene muy intrigados, sobre todo a raíz de este libro, en el que descubrimos que sus iniciales son A.K. Esta es una pregunta que queda sin respuesta en la trilogía, puesto que tampoco en La llamada de los muertos se revela su verdadero nombre. Es un secreto que se desvela en la novela sobre su vida, que se titula Fenris, el elfo.
– A lo largo de la vida de este libro algunas personas han pensado que “Ordalía” es el nombre real de Salamandra, porque el primer capítulo del libro se titula así. Bien, en realidad “ordalía” es una especie de prueba a la que se sometía a algunas personas para comprobar si eran o no culpables (normalmente de brujería, pero también de otros crímenes como traición o adulterio). Las ordalías se llamaban también “juicios de Dios” porque se suponía que si el acusado era inocente, Dios no permitiría que le sucediera nada malo. Así, lo sometían a una prueba terrible a la que no se esperaba que sobreviviese si era culpable. Por eso el primer capítulo del libro se llama así; hace referencia al momento en el que le dicen a Salamandra que si ella es inocente, el fuego no podrá dañarla
– En una primera versión del libro, Morderek se llamaba Escorpión. Su nombre definitivo está sacado de la mitología artúrica y creo que es mucho más apropiado para él: Mordred era el sobrino traidor del rey Arturo.
– La primera cubierta que tuvo La maldición del maestro fue obra del ilustrador Víctor Soler, y era así. Por si alguien se lo estaba preguntando, en la ilustración de Víctor Soler los personajes que aparecen son Dana (la morena), Shi-Mae (la rubia) y Salamandra (la pelirroja). Y el lobo es Fenris, claro. Más adelante, cuando la editorial decidió cambiar la cubierta de El Valle de los Lobos, optaron por cambiar también la del segundo libro para que las tres estuvieran ilustradas por la misma mano: José Luis Navarro en el caso de la edición en rústica de El Navegante y Marcelo Pérez para la de tapa dura. Actualmente, la edición de El Navegante está descatalogada. En su lugar hay una nueva edición en tapa blanda con un diseño muy parecido al de la edición en Francia, y la ilustración de cubierta es obra de Jean-Sébastien Rossbach.
-Por otro lado, tanto la cubierta como las ilustraciones de la edición especial en tapa dura que se encuentra ahora en librerías son obra de María Dresden.